Para bien o para mal (creo que es claramente para bien) me relaciono con muchos tipos de personas en los proyectos que llevo a cabo con mis clientes (me dedico a la consultoría de innovación para empresas, concretamente, a poner en marcha y mejorar sus procesos de innovación y a lanzar e implantar los proyectos de innovación resultantes).
Si a esto le añades que llevo más de 20 años haciendo este trabajo, puedes imaginarte que he conocido a unas cuantas personas diferentes. Estimo que más de 600, tirando por lo bajo.
En las empresas veo de todo y, como todo el mundo sabe, las cosas en ellas no funcionan siempre a la perfección: aparecen problemas, grandes o pequeños, que dificultan conseguir lo que deseamos.
Seguro que no te resultará difícil aceptar la idea de que las personas, ante los problemas, reaccionamos de maneras diferentes. También te diría, y esto es menos obvio, que ante las soluciones que nos presentan, igualmente, tendemos a reaccionar de distintas maneras.
He llegado a la conclusión de que hay tres tipos de personas según cómo se comportan ante los problemas. Y otros tres tipos según cómo lo hacen ante las soluciones. No es más que una simplificación, una caricatura, pero, si lo piensas, todas las personas que conoces en tu trabajo se acercan más a uno u otro de estos perfiles.
Comportamientos ante los PROBLEMAS
El pasota = 0 soluciones
El pasota es aquel que, ante un problema claramente definido, y en el que está involucrado, no trae nunca ninguna solución. Ni pensada, ni esbozada.
Su comportamiento es un claro síntoma de falta de implicación. O de falta de valentía. Las dos cosas me producen rechazo y prefiero tenerlo lo más lejos posible en mi trabajo: si no tienes implicación, no vengas. Y si no tienes valentía, bueno, pues mejor quédate en casa. O en un sitio donde no molestes.
El inflexible = 1! solucíón
Es aquel que ante un problema trae una sola solución: “su solución”.
Cuando esta inflexibilidad es demasiado notoria y se repite a menudo, es síntoma de complejo de superioridad, bien porque esa persona sea mucho más experta en el tema que las demás o por ser su forma de andar por la vida.
También podría ser síntoma de vagancia mental: “he encontrado una solución que a mí me satisface, luego no hace falta seguir pensando en ello.”
Cuando la inflexibilidad no es excesiva puede ser un comportamiento aceptable ya que, al menos, aporta algo de valor sugiriendo una posible solución. Siempre que no se obceque.
El solucionador = 2 o más soluciones
Es el perfil más deseable porque traerá diversas opciones de solución, lo que evitará que defienda solamente una como si fuera el último de Filipinas. Es una persona que deja espacio para el diálogo y el debate productivo.
Este comportamiento es síntoma de alta implicación y de verdadero deseo de solucionar el problema, aceptando que puede haber diferentes soluciones válidas, no solo una.
La versión menos aceptable de este perfil es cuando el sujeto presenta demasiadas variantes de solución sin traerlas demasiado pensadas. Podría pasar, en este caso, a ser considerado poco menos que un charlatán o alguien demasiado superficial.
Comportamientos ante las SOLUCIONES
El mejorador = valida o construye
Este perfil, ante una solución que se le propone, hace una de estas dos cosas: o bien la valida porque le parece que ya es adecuada o bien propone algún tipo de mejora.
De nuevo, es un perfil que demuestra alta implicación.
Queremos más de estos, siempre, en los equipos de trabajo. Porque sabemos que no nos van a fallar: o mejoran las cosas o validan lo que se les propone, siendo además su criterio, generalmente, muy respetado ya que si no han encontrado algo que mejorar es porque está suficientemente bien. Podríamos decir que mejoran todo lo que tocan.
El acomodado = 0 problemas
Es aquel que ante cualquier solución que se le propone no plantea nunca ningún problema, ninguna pega.
Un síntoma de indecisión o de puro acomodamiento. No interesa demasiado, salvo que sea muy bueno en su trabajo. Desde luego, nunca le deberíamos poner de líder de un proyecto.
El brasa = 1 o más problemas
El brasa es quien ante una solución no sugerida por él siempre encuentra, y además muy rápido, uno o más problemas. Sin aportar ninguna solución a esos problemas que él mismo plantea. O sea, prácticamente nunca ve las cosas en positivo, siempre en negativo.
Suele ser síntoma de alguien que quiere mantener su statu quo a rajatabla (la solución quizá le mueva un poco la silla en la que se sienta confortablemente) o también de complejo de inferioridad: ante cualquier cambio no calculado por él se pone inmediatamente a la defensiva.
Además, esa falta de colaboración e intransigencia puede ser síntoma de falta de trabajo colaborativo en la empresa o, peor aún, de la existencia de marcados silos departamentales (problema también conocido como Reinos de Taifas)
Evidentemente, sería un perfil algo más aceptable, aunque puede que casi igual de desagradable, si aportara soluciones a los problemas que plantea.
¿Qué hacer con cada uno de ellos?
Propongo algunas cosas que se pueden hacer, de forma genérica, con cada uno de estos perfiles, y, por supuesto, siempre que tengas capacidad de influencia sobre ellos:
- El pasota: tratar de motivarlo y, si no funciona, prescindir de él o ubicar donde menos moleste a aquellos que sí que están interesados en avanzar.
- El inflexible: demandarle más soluciones y flexibilidad; hacerle ver que hay otras personas con la misma o mayor inteligencia a su alrededor.
- El solucionador: agradecer y reconocer; buscar más perfiles como este.
- El mejorador: igual que el anterior, agradecer y reconocer.
- El acomodado: tratar de motivarlo y, si no funciona, prescindir de él o reubicar donde menos moleste.
- El brasa: avisar, reconvenir y, si no funciona, prescindir de él o reubicar donde menos moleste (preferiblemente lo primero)
En resumen, necesitamos rodearnos de personas que, ante cualquier problema, traen dos o más soluciones bien reflexionadas. O que, al menos, tienen la flexibilidad para aceptar, rápidamente, que puede haber otras soluciones, incluso mejores que la suya.
Y también necesitamos a personas que, ante una solución, validan y/o plantean posibles mejoras a esa solución inicial.
Lo curioso es que ambas suelen coincidir en la misma persona.
¿Tienes muchas de estas en tu empresa?
Si no es así y quieres mejorar rápidamente los resultados de tu empresa, departamento o proyecto, ya sabes, avisa, argumenta, motiva… y, si no funciona, invita a marchar o reubica si no hay más remedio.